Su nombre, all-i-oli, significa ajo y aceite, los dos únicos ingredientes originales de esta salsa tan popular en la España mediterránea, que bien se merece un hueco en los recetarios más prestigiosos de nuestra gastronomía. Para saber cómo se hace el alioli, sigue leyendo.
Puede servir como acompañamiento de numerosos platos y es muy habitual encontrarla junto a pescados, carnes, arroces y, sobre todo, patatas ya sean fritas o asadas. En muchos restaurantes de la zona te lo servirán junto al pan al inicio de las comidas. Y es complemento indispensable del famoso arroz a banda.
Así que si quieres conocer la auténtica fórmula del alioli casero, sigue fielmente los pasos que te vamos a mostrar a continuación. Pero te avisamos: no desesperes si no lo consigues a la primera. Esta sencilla receta requiere paciencia y una cierta maña.
Tanto es así, que en muchas familias hay alguien que se ha especializado en este menester por su destreza con el mortero.
Pasos para hacer el alioli
Todo lo que necesitas para un auténtico alioli casero es:
- tres dientes de ajo.
- aceite de oliva virgen extra.
- una pizca de sal.
- y un mortero.
Lo primero es pelar los ajos y quitarles el germen. Es la solución, dicen, para que el alioli no repita. Pícalos y ponlos en un mortero. Añade un poco de sal y empieza a machacar hasta convertirlos en una pasta. Tómate tu tiempo. Cuanto más homogénea sea la pasta, más fácil te resultará emulsionarlo con el aceite y conseguir la consistencia idónea.
¡Ahora viene lo difícil! Hay que verter el aceite muy poco a poco, procurando que no caiga directamente sobre la masa. Hay quien utiliza las hendiduras de la parte superior del mortero para hacer resbalar el aceite hacia las paredes y ralentizar así su vertido.
Mientras va cayendo, mézclalo con los ajos con suaves movimientos circulares. Y siempre en la misma dirección. Tienes que conseguir que ambos ingredientes emulsionen y adquieran una textura similar a la de una pomada con un brillo intenso. Para ello tendrás que repetir esta operación varias veces. Aunque siempre puedes pedir ayuda y que vierta el aceite por ti mientras tú trabajas en el mortero.
Cuanto más aceite añadas, más cantidad de alioli conseguirás. Pero recuerda que el equilibrio entre ambos ingredientes es la clave para conseguir que tenga esa consistencia tan apreciada y difícil de conseguir.
A pesar de ser una receta fácil de preparar, con pocos ingredientes y rápida, el alioli puede presentar algunos problemas, especialmente a la hora de conseguir emulsionar la salsa y evitar que se corte.
De ahí que muchos prefieran añadir un tercer ingrediente, el huevo. Aunque un auténtico alioli no lleva huevo, suele ser un aliado clave para ligar la salsa, sobre todo al principio.
Consejos para hacer un buen alioli
Si no tienes a mano un mortero, o no te atreves, siempre puedes usar una batidora eléctrica. Pon en un vaso batidor el diente de ajo picado, el huevo, una pizca de sal y un chorro de aceite. Introduce la batidora hasta el fondo y empieza a batir sin mover la batidora. Cuando empiece a emulsionar mueve el brazo de batidora suavemente arriba y abajo hasta que quede bien homogéneo.
La idea es que entre aire en la mezcla para que se ligue con fuerza.
Tanto si es tu primera vez preparando alioli, como si eres un experto, te damos un par de consejos que pueden ser de gran utilidad:
- Si prefieres que la salsa tenga un sabor menos intenso, mezcla el aceite de oliva con aceite de girasol.
- Saca el huevo de la nevera un rato antes de cocinar para que no esté frío. La mezcla de temperaturas hace que sea más fácil que se corte la salsa.
- La cantidad de aceite que eches en la mezcla determinará la cantidad de salsa que se consiga. Cuanto más aceite eches, más cantidad obtendrás.
Ahora que ya sabes cómo hacer un buen alioli, te invitamos a que disfrutes de su sabor con unas patatas y verduras asadas. Y también a que pruebes nuevas recetas en las que puede ser el perfecto aderezo. ¿Qué tal un bacalao gratinado con alioli? Si lo pruebas, repetirás.
Tareca Vending