Con el calor del verano, cambian nuestras rutinas, cambia el apetito… ¡y también deberían cambiar nuestras elecciones a la hora de picar algo rápido! Si usas máquinas vending en tu día a día, ya sea en el trabajo, el gimnasio o cualquier otro lugar, seguro que más de una vez te has preguntado: ¿Qué puedo coger que sea sano y que no me siente como una bomba de calorías? Spoiler: no todo lo que parece saludable lo es, y no todo lo que es saludable te va a sentar bien en verano. Aquí te contamos los errores más comunes al elegir snacks saludables en vending durante los meses de calor… y cómo evitarlos con cabeza (y sin pasar hambre).
1. Pensar que “light” es sinónimo de sano
Uno de los errores más típicos: elegir productos que llevan la etiqueta “light” o “fit” y asumir que son buenos para ti. Pero muchos de ellos tienen edulcorantes artificiales, más sal de la cuenta o ingredientes poco recomendables.
Una barrita “fitness” puede llevar más azúcar que un cruasán. Y un snack “bajo en grasa” puede estar cargado de aditivos.
¿Qué hacer? Lee la etiqueta (aunque sea por encima). Cuanto más corto sea el listado de ingredientes, mejor. Y si reconoces lo que lees (fruta, avena, frutos secos…), es buena señal. Si no te suena a comida… probablemente no lo sea.
2. No tener en cuenta el calor
Con 30 grados en la calle, no todo vale. Hay snacks que pueden parecer buena idea, pero que se derriten, se reblandecen o pierden sabor. Chocolates, barritas con cobertura, bollería con crema… mejor evitarlos.
Además, si algo ha estado horas a temperatura alta, puede que no te siente tan bien como esperas.
Apuesta por snacks saludables que aguanten el calor: frutos secos, chips vegetales, fruta deshidratada, barritas sin chocolate… Y si la máquina tiene frío, aprovecha: yogures, hummus, gazpacho o fruta cortada son opciones top.
3. Olvidarte de hidratarte
Picamos algo… pero no bebemos agua. O peor, cogemos un refresco azucarado que en lugar de hidratarnos, nos da más sed. Error de manual.
En verano, la hidratación es tan importante como la comida. Y sí, puedes hidratarte con algo más que agua sin recurrir a bebidas llenas de azúcar.
Busca bebidas saludables como agua mineral (mejor si está fresquita), aguas con sabor sin azúcar, infusiones frías o kombucha. Son más sanas que los refrescos de siempre y te dejan mucho mejor cuerpo.
4. Comer por ansiedad, no por hambre
El calor, el estrés, el cansancio… A veces picamos sin tener hambre real, solo por rutina o aburrimiento. Y claro, en esos momentos tendemos a elegir lo más dulce o calórico de la máquina.
Antes de darle al botón, pregúntate: ¿tengo hambre de verdad o estoy buscando energía rápida? Si es lo segundo, prueba con snacks saludables como un puñado de frutos secos, una pieza de fruta o una bebida con algo de azúcar natural (como un zumo). Te saciará más y evitarás el bajón posterior.
5. Ir a lo de siempre por costumbre
Mucha gente ni se para a mirar lo que hay en la máquina. Va directa al cruasán, al sándwich mixto o al refresco de cola… porque es lo que ha cogido siempre. Pero cada vez hay más opciones saludables en las máquinas. Solo hay que buscarlas.
Tómate 10 segundos para mirar bien. Puede que encuentres opciones nuevas: chips de garbanzo, fruta deshidratada, barritas con avena y dátiles, snacks de maíz al horno, galletas integrales… En verano, muchas máquinas incorporan productos más frescos y ligeros. ¡Dales una oportunidad!
6. Comer algo muy salado (y luego tener más sed aún)
Cuando tienes hambre, los snacks salados entran solos. Pero en verano, comer productos con mucha sal solo consigue que tengas más sed, te sientas hinchado o incluso te baje la tensión si estás mucho al sol.
Evita los snacks con mucha sal (patatas fritas, frutos secos salados, galletitas industriales…). Busca versiones sin sal, chips al horno, crackers integrales o barritas saladas con base vegetal. Tu cuerpo te lo agradecerá.
7. Pensar que saludable = soso
Error de percepción. Hoy en día hay un montón de snacks saludables que están buenísimos. El problema es que a veces no les damos una oportunidad porque asumimos que van a saber a “dieta”.
Pero un hummus con bastoncitos, una barrita de avena y cacao puro o unos chips de lenteja pueden saciarte y dejarte buen sabor de boca.
No tengas miedo a probar cosas nuevas. Aprovecha el verano para experimentar: tu cuerpo te pide cosas más frescas, y eso es una oportunidad para cambiar el chip (nunca mejor dicho).
Comer sano en verano también es posible (y fácil)
Elegir bien en una máquina vending no es cuestión de suerte, sino de saber qué buscar. Y en verano, con el calor y los cambios de rutina, aún más.
Evita lo ultra procesado, busca opciones frescas, ligeras y naturales y, sobre todo, escucha a tu cuerpo. Si tienes hambre, aliméntate. Si tienes sed, hidrátate. Y si vas a picar… ¡que te siente bien!